Epitafio

Sepultado en este túmulo yace mi corazón, el que persigue, cuya vida en juventud fue intachable. Pobre vivió y pobre amó. ¡Ay dolor! ¿Qué será de mí ahora sin tu latido? ¿Cómo volveré a amar en este funesto futuro que me acecha? Estas lá­grimas, vedlo las derramo ¡ay triste de mí! como padre sin hijo….

En busca de la felicidad

Dicen en mi pueblo que la suerte no es del que la busca, sino del que la encuentra. Pero, ¿y la felicidad? ¿Se busca o se encuentra? Si crees que no la tienes, ¿sales a buscarla o te sientas en la puerta de tu casa a esperar, a ver si pasa y la conoces y…

Manual de instrucciones

Lo siento en el fondo de mi alma, no sabéis cuánto lo siento. Tras tanto tiempo de hundimiento personales, de corazones que desfallecen y de golpes brutales que te desmontan, tengo una especie de manual de instrucciones para sobrevivir, que posiblemente sólo me sirva. Las instrucciones de Vizzini cuando algo sale mal eran volver al…

Condenado

Llego de Brujas y me voy a Valkeakovski (Finlandia), sin apenas haber arreglado nada de mi vida. Condenado a esperar uno o dos años, a esperar que fallen los demás y a que yo tenga la razón, mi oportunidad. A no saber qué es lo que quiero, qué es lo mejor. A no tener esperanza…

Estado actual

Desesperanzado, desengañado, triste, enfadado, cabreado, desfallecido, desorientado, indeciso… ¡Maldita sea!

¿Y ahora qué?

Sólo queda eso: esperar. Esperar que todo vaya a su sitio. Confiar en que se han hecho las cosas bien y poco a poco todo alcanzará su posición de equilibrio. No hay otra solución, no veo otra solución. Tan sólo calmarme y esperar. No esperar nada salvo esperar (sentado a las puertas de tu corazón).

¿Qué se ha roto?

Me lo pregunto muchas veces, demasiadas. Algo se ha roto dentro de mí, y no hay manera de arreglarlo. Más de una vez me pregunto si yo mismo quiero arreglarlo. Así que me paso las noches en vela, dándole vueltas a todo, deseando recuperar la ilusión por algo o por alguien, pero sin ánimo ni…

De hombres, ratones, victorias y derrotas.

Tardes de viernes. De whisky, de amigos y de conversaciones. Cuando se olvidan las heridas, que duelen por las noches, por las tardes, cuando llueve. Cuando los recuerdos ululan como pieles rojas y ti Séptimo de Caballería se agazapa con resignación a esperar el fin. Recuento mi vida, hago arqueo. Tantas, tantísimas peleas, batallas, escaramuzas….