–Pero, ¿cómo que mi cuento ha acabado?– exclamó Sonriza, medio sorprendida y medio enfadada. –¿De qué cuento me hablas? Y ¿quién eres tú para decirme estas tonterías?– Sonriza estaba ya un poco cansada.
–Bella dama.– respondió Jafar. –No he venido a importunarte. En estos momentos, nuestras palabras froman parte de un cuento. Un nuevo cuento que acabo de comenzar. No podía permitir que un corazón tan puro y noble sufriera como estabas sufriendo tú. En cuanto recibí la primera carta, me puse a estudiarte. Y a las pocas cartas, ya estaba deseando conocerte y ayudarte, siempre con mis modestas capacidades.
-Hasta ahora, toda ti vida ha sido una historia sembrada de gris y ortigas, y a cada minuto, se escribía un cuento que, por desgracia, leían pocas personas. Quizá sólo tú. Un cuento demasiado triste y doloroso. Y yo lo he terminado. Cuidado: he terminado tu cuento, pero no tu vida, ni tu pasado, ni tu realidad. Ha terminado tu cuento de monstruos, espantapájaros y desgracias. Y hoy, ahora, aquí, en estas palabras, empieza tu cuento de hadas., princesas y gominolas. Es mi responsabilidad, como Guardián de los Cuentos delegado por la Federación, velar para que sea de verdad un cuento de princesas y hadas. Y para ello, sólo tienes que decir que sí, y firmar tu «contrato de cuento feliz«.-
–Pero…– Sonriza ahora ya no sabía qué decir. El tipo, pese a su estrafalaria pinta, parecía muy seguro de sí misma, y ella misma deseaba una vida de cuento de hadas, un poco de paz y cobijo para su alma. Un lugar donde descansar su corazón. Así lo había pedido en sus botellas, que no dejaban de ser un S.O.S. en toda regla. –Pero… mi vida, mi cuento, mi nuevo cuento… Todo esto de lo que hablas suena bien, pero nada va a cambiar, esto es como es. Y no me creo que un cuento pueda salvarme.– sentenció Sonriza.
–Salvarte o salvarnos. Y si no nos salvamos, moriremos sabiendo que estábamos nadando hacia la orilla.– dijo Jafar. –Mira, léete el contrato. Todo va a seguir igual: simplemente escribimos un nuevo cuento. Tú y yo. Con garantía certificada que será de hadas y princesas.– Y entonce, Jafar abrió la mochila.