Siempre me equivoco

Siempre me equivoco. Me suelo enamorar de una risa, de la sombra de tu pelo, de unas tetas al sol, de un gesto cuando vuelves la cabeza, de una mirada del adiós. Pero no suele coincidir el corazón con las tetas, con la risa, con el pelo. Y los gestos suelen ser fuente de malentendidos….

Esclarecidos

Señales de error en todos los sistemas. Hoy sólo me salva Rafa Pons de no afeitarme la barba. Demasiados errores en todos los circuitos, demasiadas señales de ruido, de alerta, contradictorias. Momentos de honda emoción. O me voy de aquí o vienes a salvarme, pero no aguanto mucho más. Que me detenga la policía.

Buscando el equilibrio

Y más en estos momentos. Ahora mismo ya no sé si es resignación o indiferencia, pero me sigue faltando un centro de gravedad, un lugar donde sentarme y leer el libro de Emilio en paz, un lugar donde querer volver, donde estar en paz. Por un tiempo creí que pudo ser, pero me equivoqué. Voy…

Una sorpresa

Bueno, no hy ninguna sorpresa. Todo sigue igual. Quizá ciertas asunciones, ciertas determinaciones de abandono. De prohibir la palabra «decepción» porque se lo debo a alguien. Puede que sea momento de nuevos objetivos, algo que me permita seguir vivo. A mí lo que me pone son los retos: una vez logrados, el día a día…

Como un pato en el Manzanares

Sí, debía estar contento de lo que tengo, pero sigo dominado por lo que no tengo, que es… Hay historias que salen mal, y otras nunca debieran haber ocurrido, pero supongo que las vidas de los otros siempre son mejores.

Recibimientos y despedidas

Siempre me han puesto nervioso las partidas frente a cualquier viaje, por nimio que sea. Viajar a Castellón, Madrid o Hannover, cualquier alejamiento de la rutina que se aleja de la rutina, de los lugares consabidos y seguros, y se adentra en el albur de lo desconocido, en los rostros ignotos, en el descendo sin…

Sensaciones

Las que me asaltan, indefectiblemente, son unas sensaciones de completo vacío, de total deriva. Haber perdido mucho control sobre demasiadas cosas, y venir por la universidad, lejos de ser un punto de equilibrio, sólo hace más palpable, más patente, más evidente que mi divorcio con la realidad es cada vez mayor. Quizá son unos apuntes…

Necesito

mis manos en tu espalda, la luz apagada y que no llegue nunca mañana.

Llámame Magdalena

(Pre Data: la letra es una canción de Luis Ramiro, pero he modificado una rima para poner mi apellido. Y si me hubiese llamado Ismael,, hubiese empezado: «»Llamadme Ismael») No me pidas derechos de autor cuando sueñe contigo, el inconsciente ni teme ni miente, igual que el borracho y el niño. No me cuentes tus…