No puedo escribir lo que pienso

Se incendiarían demasiados barrios en demasiadas ciudades, tendría que confesar tu nombre y nada sería igual desde entonces, caerían tantas máscaras que dolerían los rostros, se verían las vergüenzas de demasiados próceres salvapatrias, se descorrerían telones que ocultan miserias inconfesables. Pero el mundo seguiría rodando pese a todo, nada cambiaría, y tú, tú seguirías sin…

En busca de la paz

Como suele ser normal, pago el precio de mi impulsividad, y nunca aprendo de las veces que digo entre dientes: «Ésta es la última». Porque nunca es la última, nunca sé decir que no. No obstante, sigo en mi huida hacia adelante, pero creo que el camino está errado. Renegaba de mi situación, pero creo…

Te busco

cierro los ojos extiendo mi brazo te veo toco la hendidura de tu espalda abro los ojos no estás en mi cama cierro los ojos te oigo respirar huelo tu perfume vuelvo a acariciarte sigo refugiado en ti abro los ojos no estás a mi lado ni en mi cama ni en mi vida y…

Dispuesto a todo, incluso a defraudarte

Con ganas de ti, seas quien sea la que me salves. Con ganas de todo, pero de ti. De ganar, por una puta vez, una mano de póker en un antro oscuro con una mujer de bandera a mi lado y ni una sombra del futuro sobre mi ceño. Con ganas de de ti, y…

Y nunca oyes mis canciones

Me cansé de hacer canciones para quien no quiso oír mi voz Me faltaron estaciones pa’ perderte entre la gente que no era yo. Tendré que volver a soñarte despierto para poder hacerte poesía. Tendré que volver a poner a cero el cuentakilómetros de mi Vespa y seguir la estela que dejó tu voz en…

Filosofar

Cuando uno tiene un rato a solas, que cada vez son menos y siempre lo estropean los malos, le da por pensar en esas cosas que el día a día saca de los focos y relega a bambalinas. Hasta hace un tiempo, mi refugio era la hora y media de coche, en la soledad de…

Búscame

porque, ahora sí, estoy completamente perdido.

Prende la luz

tapa la calle ya. Perdidas las referencias, sólo queda brújula, resolución y espada. Y manual. Y tantas horas de vuelo que di la vuelta al cuentakilómetros de la decepción, por faltarme tú sobre la cama. Con la certeza inefable de hacer lo correcto, y perderte en ese lance.

Revelación

En la soledad de la noche ya soy incapaz de dibujarte, de imaginarte, de conseguir poner a cero mi cuentakilómetros y poder dormir al sol. Ya no queda esperanza. Ya no duele Quique, y los gintonic no son anestesia suficiente. A veces uno asiste a esas epifanías inconcebibles, en los que asumes ciertas derrotas irrefragables,…