Reorganizando las fuerzas

Hoy puede ser un día de esos en los que estoy más animado, o quizá es la necesidad la que impele a andar otro tramo en el frente, a ganar otra trinchera. Sólo queda rabia donde tanto hubo, pero son los tiempos que nos tocan. Lo peor es no echarte de menos ya, no soñarte,…

Perdón por casi todo

He andado algo perdido estos días. La tormenta no cesa, y cada vez será más intensa hasta que esto acabe. Hasta entonces, perdonadme que no sea yo. Que te eche de menos sin echarte, que te olvide y desee perderme en tu sofá cada vez más, cada vez menos. Que no te conozco y te…

Yo no te pido

Yo sólo quería en esta vida despertarme un día y ser feliz. Bueno, en realidad pensaba que a partir de ese día iba a ser rematadamente feliz. Despertarme, mirar tu pelo y dar gracias a la vida por eso, por estar ahí. Aunque a veces la vida nos juega pasadas demasiado malas. Me ha llevado…

Trucos fáciles para días duros

Lo dicho: a veces lo bordas y a veces lo tiras por la borda. Hay días en los que todo te viene grande, y casi es fisiológico ese malestar que te desmonta. Sólo hay una meta, cada día más cara, más lejana, más puta. Pone las cosas más desagradables, más fáciles: no hay que pensar,…

20 de abril

25 años desde el 20 de abril del 90. Hola, chata, ¿cómo estás? ¿Te sorprende que te escriba? Tanto tiempo no es normal.

De nuevo en el frente

Mi permiso mental acabó el viernes. Dejé Madrid, y volví a no dormir, a perder la tranquilidad, a no disponer de mi tiempo ni de mi corazón, a estar triste y a no desearte. Son tiempos interesantes, ésta es la maldición en la que me veo envuelto por voluntad propia, por tener esa extraña estrategia…

Madrid me mata

Esperar en la boca del metro a que de ella surja una desconocida. No conozco su cara, ni sus manos, ni su corazón. No conozco el rostro que se esconde tras la bruma, y espero a que todo cobre sentido de una vez. Madrid es lo que tiene: que sus calles y sus puertas esconden…

Mañana me pierdo en tus calles

Mañana me escapo a Madrid, esperando poder evadirme de las hordas salvajes que me has acosado en mis últimos sueños y a las que mantengo a raya con más esfuerzo que gloria. Mañana no quedan ya fuerzas para perderme por tus calles, cerrar tus bares, para echarte de menos. Hay que reparar el corazón, sanar…