A modo de poema para una mujer

Ayer te encontré, y no te conozco. Encontré tus pezones cuando seguí el rastro de hormigas que llevaba de mi cicatriz a tu pelo. Te vi y te encontré, te seguí por el camino de baldosas amarillas. No sé si nos presentaron, si ellas hablaban de ti o de otra, pero anduve buscándote en noches…

Con ganas de quererte

Con ganas de quererte. Pero no me salen, o no las tengo, o se ha gastado la piedra de mi mechero y mis chispas no relumbran como antes. Hago lo imposible por quererte: leo libros, oigo a los clásicos, remuevo los escombros de mi vida a ver si encuentro tus señas o tus cartas o…

Qué distinto es mi dolor a tu «te echaré de menos»

Leer a Feynman es muy peligroso. Más que nada porque te enseña que en la vida tienes que hacer lo correcto, no lo que esperan de ti. Sólo así se podrá dormir por la noche. Hacía lo que creía, creía en lo que hacía. Aprendió a ser él mismo. Además, contaba con la ventaja de…

Asomado al abismo

Abrazado a la tristeza. Deseando volver a verte y olvidarme de todo. Que estaré bien, aunque olvidarte me cueste la vida. Moviendo las fichas para la última jugada. De vuelvo añorando Madrid hasta el infinito, y tu silueta a contraluz en sus calles mojadas.

Ocho puntos de sutura

Siempre acaban volviendo tus ojos a provocar nuevos destrozos, a enseñarme todos los trenes que no podré tomar. Siempre acaban volviendo tus ojos para abrocharme a la impaciencia como dos botones oscuros. Pero vuelven también tus ojos como dos disparos contra la soledad, para cruzarme por dentro y salir de nuevo en estampida, Siempre acaban…

Seré la excepción

Mi dolor no lo cura el tiempo. No estoy loco, estoy reloco por vos. No estoy cuerdo, es el recuerdo de tu voz. Y poco queda más que decir. Hoy el día ha sido eterno, y al final, por primera vez en mucho tiempo, casi desfallezco, con un agotamiento extremo y unos miembros que se…

Creételo,

no hay Dios que me cure de ti.