No sé si han servido para algo. Todo duele. No veo la salida, sólo rabia y ganas de plantarle cara a los malos. Sin esperanza ninguna,sólo oficio (quizá de tinieblas). Acerté de pleno cuando predije que, hace dos años, comenzaba una travesía en el desierto, cuajada de sinsabores, de traiciones, de hijos de puta.
Sigo perdido, sigo necesitando salvación y esperanza. No puedo quedarme solo: siempre hago lo correcto.