Jornada de reflexión y cambio de planes

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De vez en cuando los astros se alinean para darte un buen empellón, una buena colleja. Ponerlo todo del revés y regalarte unas circunstancias que sólo puedes aceptarlas como vienen. Así que me encuentro hoy con una jornada para pensar y ordenar, con tiempo para emplear en tareas importantes, siempre relegadas por lo urgente. Mi teléfono loco perdido, la tablet rescatada in extremis (que ya tiene sus 7 añitos). Ahora intentando lidiar con estos temas y coger perspectiva, se avecinan demasiados días sin descanso ni paz, y casi eso es peor que cuando los propios días llegan.

Poco más. Siguen las mismas pesadillas, y cada vez menos corazón, menos sentimientos, menos esperanza de ser salvado, de ser feliz. Cada vez más guerra y decisiones y peso, más «hacer lo correcto», menos hacer lo que quiero. Ya no me sale irme de conciertos, fugarme contigo, despertarme contigo. Tengo demasiados monstruos en el armario a los que eliminar para que pueda preocuparme de soñar contigo por las noches.