El hueso ha parado la bala. Te sigo echando de menos, pese a no querer saber nada de ti ni de nadie. Sigo necesitando mi mujer de belleza y lealtad incomparables, mi dosis de agua de Leteo o los viales de esperanza marca registrada Spes-Spei. Sigo queriendo olvidar, pelear, reír, follar. Aunque nada sale como se espera.
Pasan lo años, el tiempo. Las heridas han dejado hermosas cicatrices que enseño a familiares y amigos, pero sigues faltando tú sobre mi cama, sigue el deseo perdido, desbocado, desorientado hasta darse de bruces contra los muros de tu olvido.
Bésame o vérsame, lo que quieras. Me sirven las dos cosas.