Prende la luz

en

tapa la calle ya.

Perdidas las referencias, sólo queda brújula, resolución y espada. Y manual. Y tantas horas de vuelo que di la vuelta al cuentakilómetros de la decepción, por faltarme tú sobre la cama. Con la certeza inefable de hacer lo correcto, y perderte en ese lance.