Este país me puede

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Uno no puede leer las noticias, salir a calle, tomarse un café sin llevarse las manos a la cabeza, sin perder las ganas y la esperanza. Mejor, como dice mu rubia favorita, quedarse en casa.

Todo sigue igual de mal, y cambiarlo cuesta lo indecible, más que nada porque nadie quiere que nada cambie de verdad: sólo quieren quitar a unos para ponerse ellos, para hacer lo que tanto criticaban.

Si hubiese una revolución, nos preocuparíamos por si nos han quemado el coche.

Poquitas ganas de todo, hasta de ti.