Ahora mismo no vivo de verdad. El arqueo realizado ayer no arrojaba buenas cifras. En la columna de haberes el blanco resplandece por doquier, en la de debe hay un rimero de apuntes que inclinan la balanza peligrosamente.
Toda la razón, cualquier análisis despojado de la pasión y basado en los hechos apunta a una única decisión, a una única medida correctora de todo esto. Todos los análisis, que no han sido pocos ni de una única persona, dicen lo mismo. Una situación plagada de egoísmo, de traiciones, de malas personas y necios que no ven más allá de sus zapatos, empeñados en hundir el barco por no ser capitán pero incapaces de gobernar ni una balsa.
Por tanto, esta empresa, esta aventura equinoccial sólo la aguanta la pasión, la fe, el corazón o los amigos. Y ayer, al revisar la bodega y las provisiones, me di cuenta de que estamos a cero de todo lo que nos sustenta.