Hoy empiezo mis clases, lo que hace que llegaré a casa a las 22:00h todos los días, y muchos de ellos de no comeré. Los malos siguen siendo malos y los buenos siguen con su fuego amigo, haciendo gala del refrán. Todo llega tarde, mal y nunca. Sigo perdido y casi te consigo olvidar, siempre desacertado y apuntando a la menos buena. Sin ganas, como es habitual.
Y, sin embargo, hoy es un buen día. Es más: un día cojonudo. Ahí lo dejo.
Y, sin embargo, te comería a versos. Es más, te comería a besos. Ahí lo dejo.