Rodeado de mentiras, de mentirosos inveterados que merecen lo suyo. La tele miente, la radio miente. Los periódicos vomitan mentiras que avergüenzan. Y tú sin venir a salvarme. Otra vez tendré que salvarme yo solo o morir en el intento, y luego salir a buscarte, ya sin ganas y sin motivos, con tanta mentira que me rodea y me embrutece y me quita las ganas de rendirme a tus pies.
Sálvame, por favor. Lo necesito, te necesito.
A 25 minutos del 6 de diciembre.