Prometo no escribir nada más de mí, inmerso como llevo en este naufragio personal que me está llevando a costas inesperadas, ignota e inexploradas, nunca presupuestas. Este hundimiento personal que me da alas y fuerzas para seguir buscando, buscándote, que me lleva a alcanzarlo todo menos a ti, creí que el mal era el cielo.
Aunque, si no hablo de mí, ¿de quién hablo? No puedo hablar de ti, porque no me lees, y si lo hicieras me daría vergüenza, y porque no puedo escribir todo lo que pienso, todo lo que siento, no puedo vaciar aquí todo mi corazón porque desembocaría en dolor, sufrimiento, decepción.
Quizá hable de mundo una temporada, ese mundo loco, desquiciado, fané, descangayado. Quizá esta noche me emborrache. Pa no llorar.