Lo dicho: a veces lo bordas y a veces lo tiras por la borda. Hay días en los que todo te viene grande, y casi es fisiológico ese malestar que te desmonta. Sólo hay una meta, cada día más cara, más lejana, más puta. Pone las cosas más desagradables, más fáciles: no hay que pensar, sólo obedecer a tu instinto. La diferencia entre esperanza y supervivencia, la diferencia entre amar y vivir, la diferencia entre tú y yo.
A veces me dan ganas de contarlo todo, pero no hay lugar ni ocasión ni confesor. Mis crímenes de amor me llevarán al infierno un día u otro.