¿Hay sitio en tu fuerte?
El mío está erizado de flechas
tras la última incursión de los indios,
y pasear por su adarve
sólo me trae recuerdos
de todo lo que he ido perdiendo
durante tantos años
con el hacha de guerra en la mano.
Sólo busco un hueco en tu fuerte.
Llevo un mp3
con canciones de amor para tiempos difíciles
y una maleta de cartón
con ropa de circunstancias.
Dejo atrás mis libros,
mis fotos y mis ordenadores.
Prometo no molestar demasiado,
al menos hasta el primer ataque.
Supongo que entonces
saltaré a primera línea,
a ver si hay suerte
y una flecha me atraviesa el corazón
(otra vez).