A contrapelo

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El año viene así, un poco cuesta arriba. Aun así, es lo que hay. Suele ser la tónica general en estos tiempos oscuros.

No quiero hablar de mí. No quiero quejarme. Estoy harto, y creo que mis intenciones, que mis debilidades, que mis miedos están claros. Prefiero hablar de…

Hoy voy de cena. Una cena similar a la de un año atrás, casi diría idéntica en lo físico. Totalmente distinta en lo emocional. «Nosotros, los de antes, ya no somos los mismos».

No tengo ninguna gana de cena, aunque no tengo ninguna gana de nada. Hace un año quería huir, no sé si lo hubiera hecho pero quería darle la vuelta a mi vida y solucionar todo lo que me apesadumbra. Pero ahora no. Ya no quedan ganas. Me quedo aquí, de pie, esperando una señal mientras aguanto la embestida.

Y, respecto de la cena, si te machacan y te utilizan mientras pones una y otra vez la mejilla, es normal que no te apetezca nada esa cena.Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos: ahora te conozco.