Hoy quería escribir

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Pero se hacen las 23:30 y me falta el tiempo para lo importante, robado por lo urgente. Esta mañana pensaba en cómo huir de mi vida, y parasitar otra vida en donde poder curarme. Pero quizá sería demasiado para todos, quizá ya hay demasiados «ya fue», y casi soy incapaz de verme salir de este agujero, embrutecido por el mundo que día a día me obliga a luchar, a plantar cara, a pelear.

En estos momentos mi felicidad no es una prioridad. Ni siquiera un objetivo.