Llevo una época terrible. Debo por ahí fotos, twitters y expresiones de interés varias, pero no tengo nada de tiempo, estoy sobrecargado de preocupaciones y en modo bastante preocupante. Las clases, las tareas de dirección y mis compromisos adquiridos, y algunos otros que se avecinan fieros, están haciendo que vaya dejando a los amigos tirados.
Os informaré, mientras encuentro tiempo y ganas para relajarme. Para pelear no se tiene tiempo ni ganas, simplemente ocurre.
Me faltan un par de poesías que escribir, pero una se me ha olvidado: la de la lluvia del fin del mundo es la única que queda.