Un día que prometía ser feliz, pero que ya se han encargado de amargarme un par de cabrones. Me voy a largar, me voy a perder por Valencia con la esperanza de olvidar, de relajarme, de estar esta noche tranquilo.
Y se me han ido las ganas por cierto vacío que siento hoy, aquí, ahora, sin ti. Por cierta sensación de futilidad, de esterilidad de mis actos. No va a servir para nada este concierto. No va a servir para olvidarte ni para recordarte, para tenerte cerca ni alejarte, para apaciguar mi maltrecho corazón y acariciar un poco los pliegues del alma para poder dormir.
Hoy hasta escribirte ha perdido el sentido.