Hoy se cumple algún aniversario del referéndum para entrar en la OTAN. Y ha salido Felipe Glez. en la tele, diciendo que pasó mucho miedo, que los asuntos de defensa no hay que dejarlo en manos de los ciudadanos. Acojonante.
Porque, a fin de cuentas, ¿quién paga los platos rotos en las guerras? Los políticos, esos abnegados y entregados seres que por nada a cambio dan su vida y su sangre por la patria. Me parece vergonzoso que un líder político, elegido por el pueblo para que lo represente y lo gobierne, simplemente porque alguien tiene que hacerlo, diga que hay cosas que no se pueden dejar en manos del pueblo. Eso es el principio de la democracia, lo que subyace y heredamos del concepto de la polis griega.
Ellos nos tienen por tontos inútiles que nos desvivimos para mantener a tanto tonto del culo, y sólo servimos para ordeñar los votos cada cuatro años.
Está hecho un estratega de cojones, señor Glez. Un estadista de campanillas, como el señor Aznar y su guerra de Irak, con todo el pueblo en la calle, pero ¿qué entiende el pueblo si no sabe su mano derecha? No sé en qué se diferencia esto de lo que hace chávez, o lo que hicieron peores seres.