¡Menudo mes de agosto! Va siendo uno de los peores en años. Y no porque las cosas vayan demasiado mal, que no lo hacen. Voy matando el tiempo sin hacer nada, pero el problema es que no tengo motivos ni ganas de hacer nada. Cuesta encontrarle sentido a todo, y a veces uno lo que quiere es olvidarse de todo. Aunque olvidarte me cueste la vida.
Las noches se hacen eternas mientras devoro uno tras otro libros que leí hace tiempo y que ya no recuerdo, que descubro de nuevo. Ahora estoy asistiendo a la caída de Hiperión. Incluso a veces, cuando cierro los ojos, intento imaginar que todo va bien, pero no me sale. Aunque sólo quiera ser feliz por un rato, pero creo que no saldría nada bien y todo volvería a ser como antes. No conviene debilitarse en los sueños y olvidarse de vivir.
Habrá que empezar a tomar contramedidas, y ponerme serio conmigo mismo. No me apetece, pero es lo que hay que hacer. Si no, acabaré arrepintiéndome tarde o temprano.