Son malos tiempos para la rebelión. Todo mi alrededor apesta, incluso yo mismo, que me veo desbordado por lo que se me viene encima: proyectos, habi-acreditación, empresa… No encuentro el norte, y aguanto el tirón peor que mejor, siempre cansado de esperar el fin.
Y aún así nos quedan fuerzas para tener esperanza. Lo importante será llegar donde uno se propuso una vez en la vida. Y, aunque parezca mentira, lo estoy logrando. Poco a poco llego a donde me lo propongo.