Para quien no lo sepa, vengo de una familia de labradores. De pequeño, trabajé en el campo, cuidé animales, etc. De hecho, creo que estudié por huir del campo.
Y ahora es tiempo de cerezas, una fruta de la que tengo bastantes árboles. Así que todos los años voy cogiendo cerezas y las regalo a mis amigos. Aunque para mí es algo mucho más profundo.
Coger las cerezas es una tarea lenta, se van cogiendo poco a poco, casi una a una, y puedes estar una hora para coger 15 kilos en esos cerezos viejos, enormes y moribundos ya. Así que es una especie de sacrificio, una ofrenda que hago yo por aquellos a los que realmente aprecio. Intento hacer ese sacrificio de mi tiempo por aquellas personas que creo que valen la pena: amigos y compañeros.
Así que si te regalo una caja de cerezas es que realmente ocupas un lugar importante en mi corazón, más de lo que imaginas.