Cansado de esperar lo inesperable

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Esta semana está siendo tremenda. A estas alturas, no sé en qué día vivo (de verdad), estoy totalmente saturado por el trabajo y los compromisos y las reuniones y he perdido mi capacidad de reacción: voy por instinto. El viernes parece ser que se acabará esto, y entonces suplicaré un poco de paz.

Y cada vez hay menos. Planeando irme a Berkeley dos o tres meses aunque, para una vez que tengo decidida una cosa tan importante, mi contacto en Berkeley está de viaje y sólo tengo hasta el día 9 para hacer la solicitud. Igual me quedo en tierra, y esta vez me dolería.

Y también me duele ciertas situaciones personales. Ciertas decepciones/decisiones que la realidad te acaba por imponer, y que el corazón se resiste a aceptar pero que ya asume. Y es que las personas decepcionamos. «Everybody hurts». Uno retira sus fuerzas a donde todo duela menos, con la esperanza de que el tiempo acabe limando todas las aristas. No vale la pena desperdiciar tanto por tan poco.

Os dejo por hoy. Estos días me apetece hablar de plumas estilográficas y de relojes. De cosas con alma. Hoy he estrenado ésta, que tenía guardada hace mucho tiempo. Me apetecía probar cómo funcionaba. Ya os contaré qué tienen de especial para mí las plumas, los relojes, todo aquello que tiene su almita, resistiendo a la locura de los tiempos modernos.

2014-04-02 16.16.39