Sin ganas

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Acabo de pasar el fin de semana sin ganas de nada, sin pena ni gloria. Dejando mis obligaciones laborales porque no hay ganas de nada, así que he dejado mis webs, limpieza, clases, AMPA. Sólo quiero dormir, porque durmiendo no se piensa, supongo. Ahora en Consejo de Gobierno, un poco lenitivo en el sentido que hay que estar, hay que pensar poco.

Quizá todo se deba a una rendición interna. Me he equivocado y, aunque duela, lo sensato es reconocerlo y empezar a retirarse, a restañar heridas. A soltar lastre y a dejar las esperanzas abandonadas para que no duelan demasiado. Una retirada casi deshonrosa. con cajas destempladas. Ir abandonando todo e imponer un cambio de rumbo importante. Nuevos retos profesionales y personales que acaben por ser un revulsivo o, simplemente, un puente hacia otra etapa. Quizá hay que aceptar que «la vida es un frenesí, una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño,y los sueños, sueños son.»

A veces te equivocas con las personas. Sería de sabios reconocerlo y dejar de sufrir.

2014-03-31 09.24.16-1