Ya no estoy para casi nada

en

Maldito mes de mayo, que va cargado de clases hasta el infinito y más allá, y me agota hasta el tuétano, con toda la maraña de asuntos pendientes de aquí y allá, los miles de frentes abiertos que requieren atención y cuidado y parece que nunca nada va a acabar.

Ya no estoy.