Me quedé esperando el lunes, con mi agua con gas, en una mesa en farmacia viendo a las tías pasar. Paradojicamente, no pensé en nada. Me estoy cansando de todo esto.
Ahora estoy preparando mi habilitación para el lunes 26 de febrero, donde iré sin convicción, por vergüenza torera, y esta vez sin que se me pase por la cabeza que puede sonar la flauta por casualidad. Es momento de pagar mis errores, junto con los intereses concedidos por mi mala suerte profesional. De lo otro, mejor ni hablar.
Día de los enamorados. Je je.