Ya os he comentado que veo muy poco la tele. Sólo tres o cuatro series muy seleccionadas. Las películas, mejor en DVD o subirse a la burra. Aunque hay un par de anuncios que duelen mucho. Muchísimo. Y ambos institucionales. El primero acerca de la TDT, en la que un ministerio nos habla de las bondades y lo felices que vamos a ser con ella. Es el futuro. Futuro que no llega a mi pueblo, ni a muchos otros, pero viendo ese anuncio nadie lo sabe. Todo el mundo cree que ya está el enemigo a las puertas. Y, por lo que me han comentado, la mierda que echan es la misma que en la analógica. Nada ha cambiado; si acaso, ha empeorado un poco. Pero un anuncio se encarga de martillearnos monótonamente sobre el yunque televisivo/telelesivo para malearnos, para acabar diciendo (que no pensando) que la TDT está aquí y hemos ido a mejor. Yo no veo la puta TDT, pero no porque no quiera, sino porque no puedo. Modifiquen su anuncio.
El segundo es de hacienda (lagarto, lagarto). Sacan a gente «normal» defraudando, y luego se ve lo que no tenemos por su culpa. Parece que por pedir una factura en negro o cosas por el estilo, todas causadas por los ciudadanos de infantería, no vamos adelante. Hay que vigilar al vecino de al lado, al hermano, al alumno, para que no defraude porque nos quedamos sin hospitales, carreteras, servicios…
Me gustaría saber qué porcentaje representa ese fraude frente al fraude de los empresarios, de los políticos, de los inmobiliarios, de los bancos. Cuánto dinero se rapiña, se esquilma de esta desgraciada sociedad para acabar enriqueciendo más a los mismos, por siempre insaciables. Todo acaba sobre los hombros de la infantería, todo salvo la riqueza, el honor y la gloria.
Moraleja: No defraudéis. Nosotros lo hacemos por vosotros. Más y mejor.
PD. Me han revisado el tipo de interés de mi hipoteca. Del 3,25 al 4,5. He tenido suerte: sólo pago 40 € más, aunque otra vez los intereses superan al capital. Pero eso no es fraude. Como decía El Jueves, el único periódico independiente que se acerca algo a la realidad: España va bien, y el extranjero no veas
Fry considers an apartment that resembles Escher’s 1953 “Relativity.” Fry: “I’m not sure we wanna pay for a dimension we’re not gonna use.” [Bender falls down the staircase and continues to fall “down” the other staircases in many different directions.]