Se acaban las vacaciones. El vino del Gargallo (líquido de frenos para tanques en estado puro) y Suzanne Vega (Caspar Hausers’ Song) han disparado cien mil recuerdos, cien mil deseos de volver a huír, quizá ya por última vez. Dos cartuchos en el bolsillo de la chaqueta y la hostia de zombies acechando.
En fin, que se acaban las vacaciones. Y yo sigo anestesiado, esperando el fin, deseando el fin, sin ganas de nada. Como en un par de años esto no levante, me espera una vida muy triste. El día que te rindes es el día que pierdes, y yo perdí. Ahora estoy con esa sonrisa bobalicona de los mansos, de los vencidos. De los locos. Maldite sea mi suerte: con todo lo que yo he sido. Yo podía haber sido una leyenda. Una epopeya, si hubiéramos sido varios.
Necesito…
Nueva York, Venecia, Tampere o Berlín. Beber y olvidar con una alma tan perdida como yo.