Nadas ni nadies

en
Pesa del reloj de la Catedral

Un día más al coleto, de esos agotadores, de los que te hacen renegar de todo y todos, y desear unas vacaciones que nunca llegan, sobre todo a tu mente agujereada y a tu conciencia intranquila.

Este año tengo que hacer algo, tengo que romper la monotonía, la inercia. La abulia que me puede y me atenaza hasta que no puedo respirar ni vivir. Habría que hacer algo, darle un par de revolcones al alma, al corazón, al cuerpo. Volver a correr, a huir.

A ver qué pasa. Un alien divino, por Dios. Un alien divino.