Soltar lastre

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Por fin llegó. El momento más temido, el momento en que todo se viene abajo y tienes que poner en marcha todas las máquinas de supervivencia interior para no desfallecer. He abnadonado tanto mi interior que me he vaciado y he acabado colasándome sonre mí mismo. Tras mucho tiempo sonando las alarmas y forzando la situación, esta semana he decidido soltar lastre, abandonar. Ya lo hice hace nueve años, y abandoné sueños y afanes y personas en la cuneta mientras me daba un largo y valleinclanesco paseo por el otro lado. Fueron momentos de profunda oscuridad. destrozarlo todo, quemar las naves para no tener más remedio que huir hacia adelante. La guerra interior que todo lo arrasa, sin respetar a nada ni a nadie.

No puedo ser tan drástico ahora, no tanto como lo fui entonces; habría personas implicadas que en estos tiempos nos han prestado todo su apoyo . Pero voy a abandonar todo aquello que ahora me lastra, voy a ser egoísta, dedicarme a mí mismo y a aquello que me beneficia directamente. Porque ya no me quedan fuerzas para quimeras y empresas quijotescas y para apostar con un corazón ya tan débil que desfallece a cada encuentro con la Fortuna.

Cerremos todas las estancias que no sean imprescindibles, arrojemos todo por la borda y huyamos, huyamos, huyamos. Odiemos al mundo y no nos relacionemos con nadie. Es lo más fácil para no tener problemas.