LLegan las fallas. Acabo mis clases «duras» y me dan tres días libres adicionales que pienso usar para recargar ánimo y moral, del que tan escaso ando estos días, en los que estoy agotado física y mentalmente.
Profesionalmente estoy saturado, con muchísimo trabajo y muchos frentes abiertos. Mucho desgaste mental y físico, pero me alegro; no me quejo de trabajar, y más en estos tiempos. Y es lo que quería.
Personalmente hay dos decisiones duras y dolorosas que he tomado, tras analizar todos los hechos. No es lo que quería hacer, pero esta vez es lo que debo hacer. Quizá el futuro cambie las cosas y reconduzca los caminos, pero el presente necesita de estas decisiones, que son, exacta y dolorosamente, lo que hay que hacer.
Como veis, todo sigue igual de mal. O incluso peor.