Viernes que presagia un mal fin de semana

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Acuérdate cuando te hablen de mí

Qué grave crimen fue dejarte ir, pago mi condena porque te perdí.
Yo que fui tu vida y tú mi amor, no me di cuenta y apagué el motor.
El reloj se paró entre nuestras manos, yo juré no volver a hacerte daño.
Escucho, mi amor, de lejos tu corazón, intento llegar pero ya no hay nadie allí;
es esta ciudad que me recuerda tanto a ti y es este dolor que anda suelto y corre tras de mí.

La suerte fue caprichosa y sin piedad, donde ya no estabas, y cedió su lugar.
Nos apartó una fuerza desigual y un destino extraño entrando a matar.
Me acostumbré a dormir al otro lado y a no ocupar el espacio que has dejado.

Y qué saben los demás si a mí me cuesta encajar que el golpe llegó frontal y nos partió por la mitad.
Tendré que pagar el precio que hay que pagar, la lluvia que no llegó a caer vendrá
para mojarte la piel, para calmar tu dolor, para decirte, mi amor, que no, que no…
para mojarte la piel, para calmar tu dolor, para decirte, mi amor, que no, que no llegó el final.

Acuérdate cuando te hablen de mí.