Me piden que busque o escriba unas palabras sobre el matrimonio o sobre el amor. Soy un hombre casado, lo que me invalida para hablar bien sobre el matrimonio. Además, está científicamente demostrado que el matrimonio es la principal causa del divorcio.
Así que hoy no hablaré sobre el matrimonio, ya que sois vosotros quienes voluntariamente habéis decidido meter la pata. Hablaré sobre el amor.
Todos sabemos lo que es el amor, o al menos eso creemos. Dice el diccionario que el amor es el «Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.» No habla de pasión desaforada e incendiada, no habla de locuras enormes ni de cerrar todos los bares. Habla de completarnos, de convivir. Habla de reciprocidad, de que nos correspondan. Habla de la alegría de vivir: si no nos da alegría para vivir, no es amor.
El amor tiene poco que ver ese fuego inicial que todo lo quema y todo lo puede, con esa pasión que ahora la televisión no hace más que vendernos de cien mil maneras. El amor incontrolado, la pasión, lo fácil pasa. El amor real tiene más que ver con la ternura, con la comprensión. Con el perdón, la paciencia. Con la confianza y la confidencia. Con la amistad. Amar es comprender, es sentir a alguien al lado en sintonía, en confianza. El amor no es egoísmo, el amor nos hace dejarnos de lado a nosotros mismos para preocuparnos de la persona amada.
El amor vive en los pequeños detalles. Dice la biblia: «El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad». Eso es amor.
El amor es esperanza del ser amado, el amor son tardes de domingo en el sofá, esperar su mensaje o su llamada, interesarse por el otro más que por nuestra propia vida. El amor es ese deseo irrefrenable de abrazar a alguien, de acariciar su pelo, de tomar su mano. El amor es ver en el otro los profundos ojos color de caramelo. Es mirar a quien amamos durante minutos, horas…El amor son esas pequeñas cosas que demuestran que hay alguien al otro lado que se desvive por nosotros y apenas si se nota.
Y hay que cuidar el amor, hay que cuidar a la persona que amamos, y hay que esperar que ella nos corresponda. A veces es inevitable que no nos correspondan, pero nada detiene al amor verdadero.
La vida es dura, difícil, y en estos tiempo modernos la vida pasa como una apisonadora sobre el amor. Pero es nuestra obligación buscarlo, buscar la felicidad, buscar el amor verdadero. Cuando llama a nuestra puerta, cuando el amor se presenta de forma inequívoca y nos reclama, no debemos huír ni darle la espalda. Si lo hacemos, estaremos huyendo toda la vida de nosotros mismos, nos arrepentiremos toda la vida. El amor verdadero. Nada puede detener al amor verdadero, ni siquiera la muerte. Lo dicen todos: poetas, trovadores, cantantes, películas… Leamos a Neruda, Becquer, Gerardo Diego. Escuchemos a Gardel, Sabina, los Secretos o a Carlos Baute. Veamos Pretty Woman, Jerry McGuire, La princesa prometida, Casablanca. El amor nos permite leer, oír, ver, vivir nuestro humilde cuento de hadas compartiendo la vida con el ser querido.
Hay que ser valientes, hay que perseguir el amor, enfrentarse al amor, hay que vivir la vida y vivir el amor. Hay que ser valientes, una vez más.
Vosotros sois valientes, dais el paso que os pide el amor. Sed valientes, cuidad el amor, cuidaos el uno al otro.
Y para terminar, recurro a Benedetti, poeta uruguayo, que nos recuerda que el amor tiene mucho que ver con la amistad y el compañerismo.
HAGAMOS UN TRATO
Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo
(de una canción de CARLOS PUEBLA)
Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo
si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo
si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo
pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.
Mario Benedetti, Canciones de Amor y Desamor.
Felicidades y enhorabuena por vuestro amor.