Sigo dándoles vueltas a todos, las cosas muchísimo más claras, por desgracia. Al final uno se da cuenta de los errores propios y los ajenos, de las personas que obran bien y obran mal, del egoísmo y del altruismo. Al final tragas saliva y andas hacia adelante, huyendo de tu pasado.
Sigo triste, sigo pensando, y mi pozo ya no es pozo sino trinchera, con más ganas de luchar y pelear por aquello que vale la pena, y dejando de lado lo que me hiere y me desgarra el corazón.
Es hora de lucha y dolor y poner a prueba la amistad y la confianza.