El jueves estuve todo el día como vocal en una mesa electoral de esta inmerecida UV.. Asistí con una sonrisa a la procesión de funcionarios que me habían adelantado en la carrera académica, aunque no sé por qué extraños caminos. Estuve hablando con gente, la mayoría mejor posicionada que yo. Cuando logro sacar el tema entre los poderosos, siempre me compadecen y consuelan, y se escandalizan de mi caso sangrante, de la flagrante injusticia cometida conmigo.
Normalmente suelen ser los mismos que colaron por la puerta de atrás a todos sus amigos y acólitos, pero que no movieron un dedo por hacer un poco de justicia. «Donde hay poca justicia es peligroso tener razón».
A veces me doy miedo cuando por mi mente pasa la idea de llegar a funcionario. Supongo que no pasará nada, y no mandaré a nadie a donde se merece. Pero una cruzada de cables y quizá despierte el monstruo que vive en mí. Y eso puede ser muy, pero que muy divertido.