La tarea de ablandar el ladrillo

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Sigo aquí, afrontando este larguísimo puente que puede ser todavía más, batiendome el cobre de nuevo. Siempre en primera línea, como esos corresponsales que viven con la adrenalina a flor de piel, saltando de trinchera a trinchera, de guerra a guerra.
De nuevo se me está saliendo de punto la cabeza, se me va la pelota y empiezo a añorar las vidas que no viví, a renegar de la que ahora llevo. Antaño, esto me causó no pocos problemas.
Todo es una lástima