Sólo queda eso: esperar. Esperar que todo vaya a su sitio. Confiar en que se han hecho las cosas bien y poco a poco todo alcanzará su posición de equilibrio. No hay otra solución, no veo otra solución.
Tan sólo calmarme y esperar. No esperar nada salvo esperar (sentado a las puertas de tu corazón).