El sábado nos acostamos, creo, con la noticia de que ETA dejaba de tener como objetivo a políticos electos.
Aparte de que no tienen ni idea de lo que significa electo ( (Del part. irreg. de elegir; lat. electus, part. de eligĕre). 1. m. y f. Persona elegida o nombrada para una dignidad, empleo, etc., mientras no toma posesión. Supongo que querrán decir con cargo, más que electo), pues aparte de eso, nadie se escandalizó en demasía. Los partidos políticos, según esté su sardina colocada, tiraron del ascua hacia sí: que si es bueno, que si no y debe dejar las armas, que si vamos bien, que si vamos mal…Pero no ha habido rasgado de vestiduras.
Pero en cambio sí lo hubo cuando Carod Rovira negoción una tregua (que no alto el fuego) para Cataluña. Que no se puede negociar una tregua que no sea igual para todos, que por qué en Cataluña no y en resto de España sí, que esto no es solidario… ¿Y esto de los políticos no es lo mismo?
Es decir, según ETA, y los políticos lo aceptan, ahora no van a atentar contra ellos. Van a atentar contra culaquier desgraciado que no se haya enchufado como político y esté trabajando, como policia, militar, camarero, en un cuartel, en hacienda…
Es decir, a los políticos, últimos y únicos responsables de que este país esté hecho un bebedero de patos, de que la mierda campee a sus anchas y de que el País Vasco esté como esté, a esos hijos de la gran puta no los van a joder. Al resto del mundo, puede que sí. ¡Y nadie dice nada!
Si tuviéramos cojones o necesidad, que no los hay, saldríamos a la calle y pediríamos la dimisión en masa de los pilíticos que aceptan su seguridad a cambio de la del pueblo. Ya tienen nuestro dinero, nuestro poder, y ahora ya negocian con nuestras vidas. Es la última vuelta de tuerca en su desfachatez. Pero los culpables somos. única y exclusivamente, nosotros. Por permitírselo.
Si hay alguien que merece que le peguen un tiro, esos son los políticos. Y más en ese problema, un problema exclusivamente político que los ídem se encargan de enmerdar, salpicando a la gente normal y corriente, para mantener este estado que a saber a quíen conviene. Yo no soy de los políticamente correctos que piensa que la muerte no se la merece nadie. Lo siento, pero hay gente que se merece que le peguen un tiro, siempre la ha habido y siempre la habrá. Lo difícil es distinguirlos.
«Muchos de los que viven merecen morir y muchos de los que mueren merecen la vida. ¿Puedes devolver la vida?. Entonces no te apresures a dispensarla, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.» De «El señor de los anillos» de J.R.R. Tolkien.