Madrid sin ti, sin mí, sin nosotros.

en
Fue Madrid sin nosotros.
Tú sin mí, y viceversa.
Fue una ciudad sin alma
preguntando por ti en cada esquina,
en cada calle,
en cada cara de los hombres y mujeres
que fatigan las aceras.

Fue ese Madrid,
en el que la certeza de tu ausencia
se hizo tan insoportable
que todos los semáforos
gritaron ámbar al unísono.

Fue Madrid
quien, sin nosotros,
no es sino un fantasma
que espera que tú y yo
le devolvamos la alegría.
Río de enero, la Bien Querida