2048

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He decidido que ése sería un buen año para morir. No sé por qué, pensé en 2024 y me vino ese número a la mente, quizá por ser una potencia de 2. Creo que soy demasiado generoso y optimista conmigo mismo, dándome esos 24 años de más. Seguro que no serán tantos.

Llevo demasiado tiempo vagando por le mundo, abandonando sueños a su suerte y construyendo parapetos inrvibles para cuando la batalla comience. Y entre caminos andados, sueños perdidos y concesiones a la vida, me voy dando cuenta de que la vida, de tan compleja e intricada, es fácil.

O lo fácil es no pensar, lo fácil sería dejarse mecer por la estulticia, por la majadería.

Quiero reír contigo y conmigo al lado. Quiero salvar el mundo todos los días, quiero la mirada constante, la lluvia en mis pies, el mundo brillando. Y esos jinetes que galopan en mi interior, esos hunos irresistibles, capaces de borrar de un plumazo de la faz de la tierr bosques y ciudades; quiero alejar esos jinetes, a cuyas grupas cabalgué. Hay días que no puedo resisitir tantos soñadores flotendo sobre mi cabeza.

Salvavidas de las balas perdidas, La MODA