¿Bailas conmigo?
Yo pongo la música;
tú, el corazón.
Y juntamos las manos
y los labios
y nuestros cuerpos;
giramos,
saltamos,
miramos a la vida de soslayo,
como si quisiéramos hurtarle el cuerpo,
robarle un rato,
hacerle trampas al destino.
Si quieres bailamos,
un baile lento, un vals,
y te susurro al oído
que no sé bailar,
que te quiero,
que bailo porque te quiero,
que tu pelo huele a humo.
Si quieres bailamos
mientras zozobra el Titánic.
¿Cantas conmigo?
Suena la música en la casa de al lado,
en la vida de al lado,
en el cielo de al lado.
El ascensor para
en todos los pisos menos en el tuyo,
y yo arrastro un ramo de rosas
de portal en portal,
llamando al timbre,
esperando que tú me abras,
que la música suene en tu casa,
que me pidas que pase
y bailemos
toda la noche.