Otra tarde

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Otra tarde, Los secretos

Una sensación de irrealidad me asalta continuamente; ganas de salir de aquí, ganas de construir un refugio donde podamos huir, donde nada duela.

Me abruma este mundo loco, borracho; me faltas tú desde hace tanto, que ya ni recuerdo cómo éramos, cuánto nos queríamos. Sólo el jueves puede salvarme de la muerte en la que vivo desde que me despedí de ti.

Deberían prohibir los entierros. Y las despedidas, y los matrimonios. Deberían obligarnos a perseguir tres sueños al día, a presentar una declaración de ilusiones anual, a querer sin medida a la chica más guapa de la Alcarria, de Pernambuco o de Filipinas.

Deberían promulgar leyes para ver tres puestas de sol al día, para no soltar tu mano nunca, para no dejarte levantarte de la cama. Para erradicar el hambre, la tristeza y los políticos. Para oírte susurrarme al oído, aunque fuera la lista de reyes godos.

«Esta es otra tarde, y mañana es martes, es mejor que todo siga como antes.»