Sigue, en esta guerra, el silencio de las líneas cortadas, la tensión que invita al miedo, el tiempo que se escapa de nuestras manos, la sensación de que todo es demasiado difícil y, aun así, seguimos peleando por unos labios susurrando al oído «Te quiero».
Domingo, pero llevamos 8 días que no deja de ser lunes.
Te sigo queriendo, te sigo echando de menos. Me siguen torturando mis errores.