Se trata de mojarnos juntos.
Se trata de escuchar tu risa
cuando se apaga la luz
y tu aliento es el camino
que antecede al beso.
Se trata de escuchar la lluvia,
de pasear el alma,
de convertir las penas en vino,
de olvidar los golpes
y dibujar las caricias.
Se trata de escuchar el silencio,
de llorar en tu hombro,
de besar lágrimas
y descontar agravios;
de mirar al sol
con los ojos cerrados,
de buscar esquinas en las playas desiertas.
Se trata
de quererte,
de esperarte,
de escucharte,
de salvarte.
A veces
también se trata
de perdonar,
de llorar,
de perder,
de aprender
de caer
y levantarse con tu mano.
Se trata de tener
tu corazón en un beso,
tu alma al sol
y tus manos con las mías.