El sol
ilumina tu cara
mientras bebes cerveza y me sonríes.
El mundo se ha parado
en el aleteo de una mariposa,
en el silencio de los campos
helados de la Alcarria,
y todo es paz.
Todo es silencio.
Todo eres tú.
Entonces te vuelves a reír,
coges mi mano,
me abrazas;
y el mundo vuelve a ser un lugar
donde una vez hubo hadas, princesas y dragones,
y todo,
absolutamente todo,
encaja para decirme
que tú
eres el lugar que tanto he buscado.