No me hice poeta
para escribir poemas tristes.
Me hice
para escribirte poemas de amor.
Así que he arrancado del diccionario
palabras como adiós,
olvido,
distancia,
vuelve,
me dueles,
y todos los adjetivos
que me recuerdan a ti.
Prefiero escribirte
que te quiero;
que tus ojos son luz
y mi mundo es mejor
desde que estás en él.
Que si tú abres una puerta,
aunque sea la del baño,
entro en casa.
Y que el año
tiene dos partes:
los días que estoy contigo
y los demás.
No.
No me hice poeta
para escribir poemas tristes.
Me hice poeta
para encontrarte
(o me encontraras),
para quererte,
para pedirte perdón
y para vivir contigo.