Hoy me he decidido
a recordarte,
a revivirte en mi mente.
A recrear tu voz
diciéndome que me amas.
A sentir tus manos
enlazadas con las mías.
A mirar tus ojos
con la vista en mis pupilas.
Porque no tenerte
no significa
que no nos amemos;
no significa que la distancia
abra abismos entre nosotros;
no quiere decir que el tiempo
se detenga entre nuestros besos.
No tenerte,
en cambio,
es echarte de menos;
es necesitarte
cuando cae la noche,
es recordar tu calor,
tu risa,
tus abrazos,
sentir que sigues estando a mi lado
desde el mismo momento en que nos separamos.
No tenerte
también
es
disfrutar de la alegría
de saberte en mi vida.